Mujeres que luchan juntas

Por: Lina Salas

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El mundo de las artes marciales ha sido vetado para las mujeres en los estereotipos tradicionales de género, pues se considera muy violento y poco femenino. Sin embargo, el movimiento feminista ha buscado reivindicar la libertad de los cuerpos femeninos para existir sin imposiciones. Es en esta reivindicación que nació hace cerca de un año y medio Valkirias Jiu Jitsu. El grupo gratuito de Jiu Jitsu brasileño y defensa personal femenina está abierto a todas aquellas que quieran asumir el arte marcial como una forma de reivindicación, auto conocimiento y defensa. Las fundadoras de Valkirias, Diana Salas Grace Ortiz, respondieron algunas preguntas sobre lo que implica la lucha colectiva desde la historia de Valkirias

¿Cómo surge la idea de crear Valkirias Jiu Jitsu?

En Colombia ya han habido grupos femeninos de jiu jitsu, y nos permitieron darnos cuenta de los beneficios que tiene la práctica de este deporte para la mujer, en términos de auto confianza, seguridad y el mejoramiento de nuestra relación con nuestro cuerpo. El método de aprendizaje y los ejercicios del jiu jitsu nos permiten conocer nuestro cuerpo, perdonarlo, entre otras cosas, pero además tiene beneficios incalculables para la preparación mental y física en situaciones de peligro. 

Pero aunque todo esto es cierto, sabemos que hay muchas mujeres que temen a entrenar deportes de combate, bien sea porque tienen resistencia a los estereotipos que vienen con esto, o porque el contacto cuerpo a cuerpo con los hombres les resulta incómodo y, en muchos casos, les recuerda situaciones de violencia que han experimentado en su pasado. Entonces, Valkirias nace para darles un espacio seguro a las mujeres, en donde reciban todos estos beneficios entrenando entre ellas, desde la posibilidad de poner nuestros miedos sobre la mesa y trabajarlos juntas, sin temor a la revictimización y sin sentirnos amenazadas. En muchos casos, esto posteriormente lleva a las mujeres a espacios de entrenamiento mixto, así como hay mujeres que nunca se sienten cómodas entrenando con hombres. Ambos espacios son respetables y estamos abiertas a tenerlos en el grupo.

¿Qué cambios ha generado Valkirias en su forma de ver el trabajo colectivo?

Este año y medio de trabajo en grupo nos ha permitido reconocer y validar las diferentes realidades que implican las experiencias individuales de las mujeres. Algo que es indudable es que los cuerpos femeninos han estado sujetos a todo tipo de violencias, pero cada vivencia es única e igualmente significativa para construir un movimiento colectivo. Esto nos permite darles herramientas, voz y voto a todo tipo de mujeres que acceden a nuestro grupo, e incluso construir para aquellas que aún no han llegado a nosotras.

Hace año y medio, cuando tuvimos la oportunidad de participar en un encuentro nacional de defensa personal feminista nos dimos cuenta de que experiencias hay muchas, Colombia está llena de colectividades que se aproximan a la protección de los cuerpos femeninos. Esto no es gratuito, responde a una violencia que hemos vivido históricamente y a la necesidad de romper con esta. Pero como la violencia es sistemática, así mismo tiene que ser la respuesta. No podemos luchar solas sino que aquellas que tenemos las herramientas físicas, el conocimiento técnico o un proceso individual, tenemos también la responsabilidad de acompañar a quienes no lo tienen para poder luchar juntas.


¿Cómo se sueñan el futuro de Valkirias?

Valkirias no debería ser un movimiento aislado, ni un único espacio. Soñamos con academias o grupos de Valkirias en todo el país, e incluso en todo el mundo. Esto implica que soñamos con tener 100 o más estudiantes avanzadas, que puedan moverse por diferentes lugares y entrenar a otras mujeres. Pero creer en un futuro de crecimiento significa que además queremos estar en todo tipo de contextos, tanto en lo urbano como en lo rural, en todos los estratos socioeconómicos, en contextos de postconflicto y trabajando con población con discapacidad.

Quisiéramos que en un futuro las mujeres que hacen parte de Valkirias lograran también sus metas personales. Esto puede materializarse en tener peleadoras en las competencias de jiu jitsu más importante, o que haya Valkirias cinturón negro, o que haya mujeres que puedan salir de ciclos de violencia gracias a las herramientas que adquieren en el grupo. En términos generales, queremos crecer en cantidad y en calidad, para que las herramientas maravillosas que nos ha dado el jiu jitsu femenino las puedan tener todas las mujeres a las que nos sea posible alcanzar.